El Girasol es una de las flores favoritas para regalar. Su nombre viene dado porque esta flor gira en la misma dirección al sol durante el día. Por su vibrante color amarillo y forma se asocia típicamente con el verano, la alegría y celebraciones.
No obstante, quisiéramos compartir una de nuestras historias favoritas sobre el origen del Girasol y por qué regalar esta flor es un símbolo de devoción auténtica.
Según la mitología Griega, la joven ninfa del agua Clytie, hija del dios Océano y de la diosa del mar Tetis, se enamoró locamente del dios del sol Apolo. Tal era su amor que todos los días seguía su recorrido desde que salía de su palacio por la mañana hasta que llegaba al atardecer por el oeste.
Todos los días Clytie seguía los pasos de su amado con los ojos llenos de amor, hasta tal punto que comenzó a olvidarse de comer y de beber…A pesar de esta adoración nunca ganó los favores de Apolo. Poco a poco Clytie comenzó a echar raíces hasta acabar convertida en una bella flor, el Girasol. Una flor que, sin importar el paso del tiempo, jamás olvida el objeto de su amor y, aún el día de hoy, continúa siguiendo al sol en su recorrido por el cielo.
De esta manera, regalar girasoles es una muestra de la fidelidad y amor devoto que podemos sentir por alguien.